Mamá, quiero ser... famosa!

Que no se acostumbren las buenas gentes que acechan este lugar en busca de artículos de su gusto a que todos los días haya un nuevo post... aunque, como dije al comienzo de esta andadura, no sé a dónde me va a llevar, de modo que a lo mejor acabo escribiendo un diario en lugar de un semanario. De todas formas, gracias por leer esto y aportar tu punto de vista.

A lo que vamos.

Habitualmente creo que todo plan de estudios es sustancialmente peor que el inmediatamente anterior, y creo que con las generaciones pasa algo parecido...

Mis abuelos (y abuelas) pasaron una guerra civil, pasaron hambre (ahora sólo tenemos apetito...), tenían los hijos que dios les mandaba, y aún así salieron adelante en medio de una dictadura (más dura para algunos que para otros). Además, seguían la información en la radio y nadie tenía colesterol (ni del bueno ni del malo).

Mis padres vivieron la transición, intereses del 16% en las hipotecas, épocas de paro, convulsión social y emancipación prematura y sobrevivieron a La Movida y a Naranjito y aún así, pudieron pagarme la universidad e incluso cambiar de casa (a estas alturas dios ya pintaba menos en el tema de los hijos, o decidió enviarme sólo a mí). De hecho, ya no se pasó hambre y tenían televisión a color. En general, dejaron el listón más arriba de donde lo encontraron a fuerza de trabajo y sacrificio.

Mi generación, dicen, es la más preparada de la historia. Tenemos mejores condiciones laborales (bueeeeeno, no todos, que siempre ha habido clases y las seguirá habiendo, pero hablo de condiciones legales de trabajo, no de realidades...), el problema del hambre ha dado paso al problema de la obesidad y la emancipación: la mayoría sólo espera poder acceder a una vivienda en condiciones. Los hay quienes esperan vivir de sus padres hasta que puedan vivir de sus hijos. En general, la generación más preparada da la sensación de ser la más desaprovechada. Puede que la ley del péndulo no lleve ahora tenerlas que pasar putas, o puede que cada uno vea lo suyo como lo peor, pero yo sólo veo trabajos precarios, viviendas inaccesibles, linchamiento de inmigrantes, desasosiego social, opresión estética, consumismo radical.

Así pues, ¿qué podemos esperar de/para la que viene?

Personalmente tengo una opinión absolutamente deleznable sobre lo que se ve en la generación de los nacidos en la década 85-95. Me la guardo.

Una vez más encuentro la mejor manera de representar la realidad en las matemáticas: como lo dijo el matemático loco (perdón por la redundancia) de Parque Jurásico, "... utilizan un poder legado por años de trabajo sin pararse a asimilar ese poder... están tan preocupados en saber si podían que se olvidaron de pensar si debían...".

Creo que de tanto propugnar los derechos, se nos olvidan las obligaciones. Esa generación toma sus derechos por bandera para pasarse por el forro sus obligaciones. Por ejemplo, es un hecho que los maestros cada vez lo tienen más difícil; "nada de castigos, que se me traumatiza el crío", "Mi hijo tiene derecho a ...". Oiga, su hijo es un cabrón pirolero que domina el arte de la escritura sms-forme y sólo piensa en pasárselo pirata el finde en la disco luciendo palmito y la moto que le compraron por no suspender todas el pasado verano...

¿Serán las tardes de desidia viendo a Kiko (el de "A tu lerdo") despellejar al friki de turno? ¿Será ver el carrerón de Ámbar (antes Tamara (antes María del Mar))? ¿Nos damos cuenta de que ésta generación lleva tragándose 6 grandes hermanos a edades en las que se pregunta qué se quiere ser de mayor?

Joder, si mi generación las va a pasar canutas para pagar una vivienda y el pan y los estudios de nuestros hijos (estamos tan preocupados de dar a nuestros hijos lo que no tuvimos, que olvidamos darles lo que sí tuvimos), no quiero pensar que va a pasar con mi jubilación con semejante banda soportando el peso del país...

Entiendo que cuando se generaliza se juzga injustamente a las minorías, de modo que también diré que existe parte de esa generación que ve vida más allá de Operación Truño y Gran Marrano.

¿Y toda esta parrafada a cuento de qué?

Viendo el otro día "Los Serrano", serie mítica hasta que han visto filón para ganar dinero con ella, me quedé de piedra. El hijo que pertenece a la generación que defenestro, el clásico personaje travieso jefecillo de su banda con buen fondo resulta que ve la luz en la música (como su hermano mayor, que lástima que no se fuera a la Patagonia en vez de a Londres, a ver si no sale más) y forma un cutre grupo con el otro clásico personaje gordo amigo del jefecillo (en la realidad todos se reirían de él, pero como es amigo del jefe...) y otro nuevo que no se sabe de donde sale, pero que hace música con el ordenador. Bueno, que como que no quiere la cosa, se curran una canción digna de ir a la OTI y no permiten que haya chicas en el grupo. La hermanastra del chaval (niñata guapa e inteligente), aleccionada por su amiga fea y gorda (hermana del otro gordo...) a la que le gusta el del ordenador, se las ingenia para hacer un casting para entrar en el grupo. Las candidatas son la fea, la hermanastra y otra cuyo mayor mérito es tener unas buenas "bufas" (literalmente tomado del guión original). La cuestión es que se duda entre la hermanastra (que se supone que canta bien) y la tetona (por razones obvias); la fea se puede ir por donde ha venido, directamente.

Que bien! promoviendo el trabajo y la preparación, con dos cojones. Pero lo peor es que en la lucha encarnizada por la plaza, las dos entrar en un juego de seducción de lo más alucinante: escotes, chantajes, etc de flipar.

También es gracioso el argumento esgrimido por la hermanastra, que hace toda la movida para que entrase la fea al grupo, pero que después olvida su noble propósito por otro más acorde a nuestro tiempo:

- Yo también quiero ser famosa (aunque tenga que follarme al productor - le faltó decir).

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