¿Milagro o Superación?

Es sabido que de vez en cuando y de cuando en vez, ocurren cosas más allá del entendimiento humano que nos recuerda que no lo sabemos todo y suponen un reto para la ciencia.

Esto, que parece una cura de humildad, en realidad me parece algo básico para el desarrollo de cualquier área de estudio. Si no se tienen retos a los que enfrentarse, uno tiende a apoltronarse y a caer en la autocomplacencia y la autosatisfacción (no pensar en masturbación...), de modo que bienvenidos sean todos los casos calificables de milagro.

Ah! y no me refiero a la típica imagen de la virgen que rezuma agua por los ojos como haciendo ver que llora por las injusticias del mundo, ni a quien entra en trance motivado (según él) por alguna santa divinidad... A este respecto quiero comentar que los famosos trances de Santa Teresa de Jesús me parecen más orgasmos (literalmente, orgasmos sexuales) de alguien muy metida en la fe que otra cosa. No pretendo ser irreverente, es sólo una visión de una realidad... Como lo de que las zarzas que no terminaban de arder que vio Moisés parece en realidad una bombilla...

En fin, que me desvío de lo que quiero decir.

Los casos a los que me refiero son más de tipo médico, donde de vez en cuando nos encontramos con recuperaciones que parecen milagrosas o casos que pareciendo extremadamente graves, se acaban solucionando sin problema. Para mí son casos en los que la condición humana va más allá de los límites que se le presuponen (límites arbitrarios, puestos por nosotros mismos, en cualquier caso) y que en realidad parecen estar mucho más lejos de lo que podamos imaginar.

Uno de esos casos milagrosos se ha dado hoy. Un tal Donald Herber, bombero él, llevaba diez años en estado cuasi-vegetativo por una lesión cerebral causada por un accidente cuando trabajaba para apagar un fuego. Se dice pronto, diez años. El pobre hombre ha estado diez años sin hablar, sin oír, amnésico y, según los estudios médicos, poco consciente de su entorno.

La cosa es que el hombre va y de buenas a primeras, así, como quien no quiere la cosa suelta: "Quiero ver a mi esposa".

¡Tócate lo que quieras! El hombre se ha despertado, ha recuperado la lucidez. Los médicos aún no dan crédito, mientras el hombre pregunta cuánto tiempo ha estado inconsciente.

Supongo que es fácil responsabilizar a un dios de todo aquello que no entendemos, pero yo sólo veo un nuevo reto para la ciencia. No sé si la lesión de Donald tiene algo que ver con la de Terry (sinceramente creo que no), pero desde luego, esclarecer los motivos por los que en este caso ha ocurrido un milagro, podría ayudar a decidir en casos parecidos. Lo que sí espero es que este caso no se tome ahora como ejemplo contrapuesto al de Terry en la lucha política.

No he podido evitar acordarme de un txiste (como escribiría él) que me envió un compañero de partidas que creo que viene muy al pelo en este caso. Lo intertextualizo aquí tal y como se me envió:

esto es un matrimonio ke tuvo un hijo ke por lo visto era sordomudo, y a los 18 años estaban en la mesa y dice el hijo:
-la sopa esta sosa
y la madre no cabia en si de gozo, o hijo mio, has hablado, como has estado tantos años sin hablar y dice el muchacho: no, es ke hasta hoy estaba todo correcto.


A lo mejor es que, simplemente, Donald, no tenía nada que decir... hasta ahora :D

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