Abandonware

¿Lo qué?

En un mundo con malware, spyware, shareware, freeware, tupperware, no podía dejarse escapar la posibilidad de comentar algo acerca del abandonware, auténtico estanque en el que pescar toda una infancia a base de recuerdos enlatados en secuencias de bits. Todo este lío para acabar hablando de videojuegos...

¿Recordáis aquel cutre perro (Tristón se llamaba) que lloraba aquello de le han echado, no le quieren, pobrecito qué va a hacer, busca alguien que lo cuide, y le sepa comprender? ¿No? A lo mejor os pilló tarde... señal de que me voy haciendo viejo día sí y día también...

Normalmente, todo aquello que pasa por el mercado acaba siendo pasto de la competencia del mismo y termina sus días en cajones de garaje o vertederos varios. Si nos ponemos a recordar, seguro que encontramos un millón de productos que han perecido ante otro modelo mejor y/o más barato. Sobre todo si hace más de cinco años de su comercialización. ¿Qué fue de los bic naranja, aquéllos que escribían fino? ¿Y de la Bota Botilde? Y así con todo lo que os podáis imaginar.

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Pues bien, resulta que esos cinco años es el tiempo exacto en el que un software se convierte en abandonware si ya no interesa su comenrcialización por haberse quedado obsoleto. Resulta que todos esos juegos en los que nos dejábamos la paga semanal cuando aún teníamos paga semanal, ahora siguen existiendo. Han sobrevivido en algún soporte extraíble dentro de algún cajón perdido y ahora, tras acabar sus licencias y convertirse en patrimonio de la humanidad, son de libre intercambio, modificación, crackeo, etc...

Bien, ¿no? Dime a qué videojuego jugabas de pequeño y te diré quién eres. De hecho, seguramente puedas encontrarlo para jugar con él ahora, gracias a todas esas páginas web que se dedican a la recopilación y clasificación de cualquier programa en estado abandonware. Como quien se dedica a clasificar insectos en el Amazonas por el bien de la humanidad, ahora existen grupos de personas que prefieren aquellos maravillosos años y, sobre todo, los juegos de aquella época, mucho más jugables y originales que los actuales, en los que priman el efectismo sobre la efectividad (salvo excepciones).

Personalmente me gusta echar un vistazo a esos juegos porque me devuelven por el tiempo que dura la partida a mis 10, 12, 14 años, cuando aún se resistía el malo de turno, o aún no se había alcanzado en record de la máquina. Es una manera de rememorar un tiempo que con el ritmo diario acaba por perderse en las lagunas del olvido.

Últimamente he recordado grandes momentos con juegos como el Centurión, el 4D Sports Boxing, 4DStunts, el Prince of Persia, el Quake, el Dune... buf!
Acavo de bolber a la epoca cuando no importava acer faltas de fotografia, solo la ora de salir al patio a jugar.

Eso sí, eso no quita para que ahora nos encontremos en la era de lo nuevo y mejor y se reconozca la calidad de los trabajos actuales en el noble arte de crear videojuegos.

Que recordéis con salud.

1 comentario:

illa dijo...

Que quieres que te diga..yo prefiero los de ahora. Bien es cierto que de pequeña tampoco jugaba, y solo recuerdo haber tenido una triste máquina de Tetris (el que sí lo hacía era mi primo, pero ni idea de a qué).
Qué coñe! Donde esté un Phantasmagoria, un Grim Fandango, unos Sims..qe se quite lo demás, ala!:P: