Incómodo y Verdaderamente Rebelde Final

Has luchado por aquello en lo que te educaron. Los valores de tu familia, arraigados en ella desde tiempos antiguos y que han sobrevivido hasta ti, ahora te dicen que no son los correctos, que no merece la pena luchar por ellos.

Pero tú lo has hecho. Has defendido como te han enseñado aquello en lo que crees. No te importaría dar tu vida por ello; y no para que seas considerado un patriota, sino porque realmente sabes que debe ser así.

Ahora, has sido hecho prisionero y, junto con otros pobres hombres capturados por el enemigo, malsobrevives como puedes en un campo de concentración.

Sabes que no estás en situación de esperar un rescate, eres uno de esos soldados que se embarcan en misiones secretas y de las que tu gobierno negará todo conocimiento en caso de ser capturado. Ni siquiera llevas una placa identificativa de quién eres. Eres una sombra, eres un ejecutor. Has llevado a cabo arriesgadas misiones al otro lado del mundo, donde el enemigo se organiza contra ti. Y lo has hecho bien.

Pero ahora nada de eso puede ayudarte.

Ahora, cada día, te torturan, tratan de que traiciones todo en lo que crees y te vendas al enemigo. Creías que no, pero les tienes miedo. Sabes que la comunidad internacional no tiene ojos aquí: pueden hacer contigo lo que quieran, y nadie lo sabrá, nunca.

Y, de hecho, ya lo están haciendo. Ponen su música para que contamine tus oídos, te mantienen aislado del mundo tapando tu cara, tus oídos y tus manos: aislamiento sensorial.

Vas aguantando a pesar de saber que la Convención de Ginebra, las normas que debieran regir toda contienda bélica, prohíbe todo tipo de tortura, incluyendo ese tipo de aislamiento, pero seguramente no han oído hablar de esa Convención por aquí.

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Compañero, tal vez amigo, en cualquier caso... ¿persona?


Así pues, poco te queda, sino quedar primero en el macabro juego que se ha montado en el lugar: a ver quien es el último que se suicida.

Has visto morir ahorcados a varios compañeros de penuria, personas que tal vez no pudieron soportarlo más y se rindieron, o precisamente no lo hicieron y cometieron su último acto de libertad.

Mientras te lo planteas, y dudas de qué calificativo de los dos pondrías a un acto de suicidio, ves que en los monitores que utilizan para minar vuestra moral aparece el jefe supremo del enemigo hablando, precisamente, de lo que estás viviendo.
Afirma que los guardias tratan de mantener con vida a los prisioneros a pesar de los intentos de suicidio, y que, estos, son el último acto de guerra de quienes son enemigos de su forma de vida.

Es curioso que antes tus acciones fuesen calificados de terroristas y ahora de actos de guerra... ¿Pretenden obligarte a quedarte ahí sufriendo la indiferencia del mundo?

No sabes si es una invitación a hacerlo o no, pero esta noche perpetrarás tu último acto de guerra en forma de verdadera e incómoda rebeldía.

5 comentarios:

Maik dijo...

Me ha gustado tu blog, al igual que el de profesor frink, me gustaria añadirlos a los enlaces de mentes conectadas que tengo en el blog que cree.
Te dejo mi direccion para que le eches un vistazo.
Siempre con tu permiso para enlazarte.
http://maikhernandez.blogspot.com/

Gorka dijo...

Linke usted lo que quiera, hombre!

:D

Gracias por pasarte, encantado de que te guste.

Anónimo dijo...

Al principio pensaba que se trataba de un capítulo de Alias o de Nikita.
Un saludo Gorka.

kancerbero dijo...

Me gusta este enfoque más personal que le estás dando al blog.

Ahí, ahí.

Gorka dijo...

Hola,

la idea era escribirlo pensando en que el 90% de los lectores está contaminado (el sentido más amplio de la palabra) por esas series que se comentan, o la propaganda americana.
Aprovechando que íbais a pensar que se trataba de un americano, al final se le daba la vuelta.

Las sensaciones de lo que está bien o mal cambian cuando estás de parte de unos u otros.

Gracias kancerbero, por tu comentario, el post de hoy te va a encantar...

:D

Salu2 a to2