Fósforo para la memoria

Este finde, en uno de esos programas de todo a cien en los que se enlatan todo lo que el director del programa ha considerado interesante poner. Suelen ser mayoritariamente cosas de humor como tortas, caídas y algún que otro leñazo. Algunos, hasta se dividen en apartados como "Frikis", "GH", "OT", etc...

Pues bien, en uno de esos, dedicado, rara cosa, a la política internacional de este país, sale Ansar en diversos discursos hablando acerca del peligro de un tal Saddam Hussein, que si armas de destrucción masiva, que si armamento químico, que si Al-Qaeda, que si la foto de las Azores... Es curioso cómo la misma imagen, vista en momentos tan diferentes, puede cambiar totalmente de resultado en el espectador. Si en su día veía esas mismas imágenes con la certeza de saber a dónde nos llevarían, hoy las veo con descojono y asombro. Descojono de ver meter la para otra vez al señorito del bigote, y asombro al comprobar que no le temblaba ni un tanto así a la hora de mentir como un bellaco.

Por aquel entonces el Ansar hacía las delicias del señor Push, en aras de un mundo más seguro que no llega, y de una eventual caza al terrorista que tampoco se ha dado.

Además, para más insensatez, no aprender de sus errores y ni tan siquiera se molestan en disimular su doble rasero.

Mientras Corea del Norte les pone nerviosos con sus pruebas atómicas (y a mí, ojo, que el enemigo de mi enemigo no tiene porqué ser mi amigo, como en otras tantas ocasiones han hecho otros), y se olvidan de los más de dos mil cadáveres de sus militares en Irak, su bendito amigo y lobby poderoso Israel, el estado judío por la gracia de Hank, hace lo que le sale de la entrepierna en sus conflictos internacionales.

Pudiendo discutir acerca de quién tiene razón en el nuevo conflicto de oriente medio, lo que no se puede ni siquiera poner en duda es la hijoputez de utilizar armas químicas prohibidas en ese conflicto.

Se acaba de saber que Israel utilizó armas con fósforo en Líbano.

El país árabe ya habló de cierto polvo blanco y muchos se pasaron la acusación por donde siempre para seguir apoyando la barbaridad israelí.

El propio ejército lo ha admitido, y no veo una condena de esas dignas de una boda gitana, con desgarro de camisa incluido, ante esta noticia.

Algunos tirarán balones fuera, obviarán las preguntas, otros, lo mismo le meten el boli en el canalillo a la periodista que les aborde, los de siempre dirán que la guerra es la guerra...

Condenas ninguna; la comunidad internacional seguirá adelante pasando por encima de los intereses libaneses. Espero equivocarme, y que la cosa en realidad no pase a mayores, pero esta es el tipo de cosa que constituye una injusticia de hoy para una guerra de mañana.

Después dirán que no, que los malos son siempre los demás y que sus razones, por incomprensibles, no merecen ni ser escuchadas. El truco del euro guardado para quien haga esa pregunta quedará como ejemplo de lo que hay que hacer en caso de tener que enfrentarse públicamente a periodistas incordiantes.

Y luego dicen que estrellar un avión contra un edificio es guerra sucia que mata a civiles inocentes y blah, blah, blah...

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