Yorch Push I de los USA

Hace tiempo (búsquese), hablaba de la relación peligrosa que se estaba gestando entre la subida al poder supremo del malo de Star Wars (el Emperador, Darth Vader es sólo una marioneta manipulada por él...) con la escalada que estaba tratando de ejecutar Push, Yorch Push.

Si en la ficción peliculera se sobrevaloraba una amenaza para permitir asumir poderes especiales al presidente de una república, tras el 11S (las demás combinaciones de números y letras normalmente se la soplan a casi todos los americanos...) se empezó a socavar una serie de derechos civiles a base de permitir actuaciones en aras de la seguridad que de otro modo no se habrían permitido.

Hoy, Push ha conseguido el penúltimo paso hacia el poder absoluto, tras aceptarse una directiva que convierte al presidente de los USA (y tira) en un dictador con todos los poderes en caso de una emergencia catastrófica.

Bueno, se puede entender que ante una situación del estilo 11S o el Katrina no se quiera perder tiempo en burocracias y desear que quien preside los destinos de la población pueda ver sus decisiones convertidas en acciones en el mínimo tiempo posible...

... pero si ahora tarda más de un minuto en reaccionar cuando le dicen que el país está siendo atacado, me parece a mí que al bueno de Yorch no es precisamente el tiempo lo que le acucia...

Cambiando de tercio, una manera clásica de encontrar un agujero de seguridad por donde entrar en un sistema informático, es tratar de promover un error, una situación anómala no contemplada en el sistema que te dé acceso a determinada información. El nombre de la base de datos, por ejemplo, sus campos, etc. Los errores, y su tratamiento, suelen ser la vía de entrada de muchos hackers. Cuando se se produce un error, el sistema asume el mando y controla ese error con todos los permisos (el sistema trata de recuperarse de un error), de modo que si se consigue que, tras un error, el sistema nos dé el mando, lo tendremos sin ningún tipo de restricción.

Estos errores se llaman, más comúnmente, excepciones, de modo que Yorch o alguno de sus interesados, acaba de meter un rootkit en la democracia del país más bravucón del planeta, y se ha asegurado que, en caso de un estado de excepción, va a tener el mando sin nada que temer.

Ahora, pues, hay que considerar qué es un denominado estado de excepción, porque en la directiva no se especifica lo más mínimo. Seguro que más de uno asegurará que si su equipo no gana la NBA o la NFL es como para instaurar un estado de excepción, aunque la idea no se deba a esa consideración.

Si tenemos en cuenta que en la vasta extensión del hogar de los valientes, no será raro que ocurra alguna desgracia similar en forma de huracán, tornado, atentado (¿menos probable?), terremoto, o yo qué sé, de modo que la verdadera pregunta que queda es...

... ¿cuando algo así ocurra, quién va a ser el guapo que le va a decir a Yorch que no, que esa determinada circunstancia no es la que se contempla en la directiva? ¿Queda determinado cuándo termina esa circunstancia? ¿Si ocurre ahora un 11S seguiría vigente ese estado hasta pasados seis años? ¿Seguiríamos hoy con un país en estado de excepción?

Y peor, ¿podría, si quisiera, declarar que se proclama a sí mismo como gobernante acumulador de todos los poderes del estado de forma vitalicia? ¿podría alguien decirle que no?
¿Matar al presidente si esto ocurriera seguiría siendo alta traición? ¿Hacia quién? ¿Hacia el pueblo?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Constitución de los Estados Unidos, Artículo 1, sección 8: poderes del Congreso. En el párrafo 11 se declara que declarar la guerra es una atribución del Congreso. Hasta aquí, bien.

Y, si seguimos, tenemos el Artículo 2, sección 2, poderes del presidente: aquí no se nombra nada de que se le pueda ir la olla. De hecho, en la sección 4, la misma página (por no poner el enlace) nos dice que pueden echar al presi por traición, robo o altos crímenes y "errores de comportamiento", que traduciré libremente como idas de olla (lo que no dice es quién lo echa).

Conclusión: esa ley es anticonstitucional y, además, para hacer el chorra, el presi necesita un Congreso (diputados y senadores) complice que, parece, no es el caso.

No soy abogado, así que, obviamente, alguien que sí lo sea le podrá sacar flecos, pero tanto a favor como en contra. Veremos, pero confiemos. Oh, claro, se le puede ir la olla en su país (para el resto necesita, al menos, el consentimiento del senado, vease párrafos segundo y tercero de la sección segunda arriba mencionada, en los que dice que puede "trapichear" con el senado, pero sin hacer mucha historia y para qué los necesita), pero, francamente, son ellos los que le han votado. Mala suerte, la democracia tiene eso: hay lo que eliges. Confiemos en el Congreso de los Estados Unidos (yo no he dicho esto. Ni siquiera lo he escrito).

Un saludo,

Manu.

P.D.: gracias por la noticia, esta no la sabía y me alegro de saberla. No es que pueda hacer nada al respecto, pero me alegro de saberla.

Gorka dijo...

Buena labor de investigación, sí señor, veo que tus labores te permiten perder el tiempo en estas cuestiones ; ) jejejejeje

Es realmente alucinante lo que se puede llegar a aprobar en aras de la seguridad, pasando siempre por alto aquello de que quienes sacrifican su libertad por seguridad, no tendrán ni lo uno ni lo otro...

En fin...

Salu2